El trabajo docente en la virtualidad implica cambiar de
pensamiento, adquirir un nuevo rol en que el docente tenga un perfil humano y
profesional, con un saber disciplinar actualizado y contextualizado a las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Se pretende que el profesor se vuelva una dinamizador,
mediador y/o acompañante dentro del proceso de enseñanza- aprendizaje del alumno, es decir que sea capaz de propiciar nuevos ambientes de aprendizaje, en el que los alumnos puedan interactuar y construir su propio conocimiento, según su ritmo de trabajo e intereses propios. Para ello debe hacer cambios en el currículo y diseñar nuevas formas de trabajo, en donde la intereacción, comunicación, exploración, apropiación y colaboración sean el pilar de este nuevo método de E-A.
Por último, me queda decir que el trabajo docente en la virtualidad es más arduo y complejo, debido que se debe ajustar a las necesidades del alumno, pero además se vuelve su atención más personalizada, se debe planear lo mejor posible la forma de trabajo, y se deben poseer otro tipo de competencias tecnológicas que le permitan estar a la vanguardia.
